Lorca activa la alerta de nivel 3 por intrusión de polvo sahariano
El cielo blanquecino y el olor a tierra en suspensión volvieron a Lorca. Entre el 9 y el 10 de septiembre de 2025, el Ayuntamiento activó la alerta de nivel 3 por contaminación atmosférica ante una intrusión de polvo sahariano que disparó las partículas en el aire y elevó el riesgo para la salud de la población más vulnerable.
Los datos de la zona centro marcan la foto del episodio: PM10 en 52 µg/m³ y PM2.5 en 18 µg/m³. El Índice de Calidad del Aire (AQI) osciló entre 50 (Bueno) y 68 (Moderado), con picos y bajadas a lo largo del día. Aunque el AQI no llegó a valores “malos”, el consistorio aplicó el protocolo de emergencia por la persistencia esperada de la calima y la previsión de fluctuaciones intensas de polvo entre 5 y 200 microgramos en los próximos días.
Para reducir emisiones y desincentivar el coche privado en pleno episodio, el transporte urbano se declaró gratuito de forma inmediata. La medida busca recortar el tráfico mientras dura la alerta y facilitar desplazamientos esenciales sin añadir más carga a una atmósfera ya castigada.
En paralelo, la Dirección General de Medio Ambiente de la Región de Murcia mantiene el seguimiento de la calidad del aire en tiempo real. A las cifras se suma el contexto meteorológico: unos 23 °C y una humedad relativa entre el 58 y el 61 %, condiciones que favorecen la permanencia del polvo en suspensión y, en caso de chubascos, la deposición húmeda (“lluvia de barro”).
¿Por qué con 52 µg/m³ de PM10 se declara una alerta? El umbral diario de la Unión Europea para PM10 es 50 µg/m³ (no debe superarse más de 35 días al año). En PM2.5, la guía de la OMS para 24 horas recomienda no rebasar 15 µg/m³. La foto de Lorca combina un ligero rebase de PM10, un valor de PM2.5 por encima de la guía de la OMS y, sobre todo, la expectativa de nuevas intrusiones con picos bruscos. Esa suma activa las medidas más duras del protocolo municipal.
La calima que llega desde el Sáhara no es una rareza en el sureste peninsular: masas de aire cargadas de polvo cruzan el Mediterráneo empujadas por vientos del sur. El resultado es una mezcla fina de minerales que irrita las vías respiratorias, enturbia el cielo y, si llueve, mancha fachadas, vehículos y paneles solares. El problema es más serio para quienes ya viven con el pulmón o el corazón en la cuerda floja.
Salud, movilidad y qué hacer mientras dure la alerta
Sanidad pide a los grupos sensibles —personas con asma, EPOC, cardiopatías, mayores, niños y embarazadas— que reduzcan al mínimo la actividad al aire libre y estén atentos a síntomas como tos persistente, dolor en el pecho o falta de aire. Ante cualquier empeoramiento, se recomienda contactar con los servicios sanitarios.
- Evita ejercicio intenso en exteriores. Si necesitas salir, que sean trayectos cortos y a primera hora o al atardecer.
- Cierra ventanas cuando la concentración sea alta y ventila en las horas de mejoría.
- Usa mascarilla FFP2 si notas irritación o tienes patología respiratoria.
- Mantén la hidratación y, si usas inhaladores, llévalos siempre encima.
- Consulta a lo largo del día los partes de calidad del aire municipales o regionales para ajustar tus rutinas.
En movilidad, el Ayuntamiento ya ha movido ficha con los autobuses gratuitos. El objetivo es claro: menos coches, menos emisiones, menos polvo resuspendido desde el asfalto. Si puedes, reorganiza viajes no urgentes hasta que el episodio amaine. El transporte público, la bicicleta en trayectos cortos y caminar —en las horas menos cargadas— ayudan a bajar la presión sobre el aire.
El episodio presenta altibajos rápidos. Las partículas podrían moverse entre valores bajos (en torno a 5 µg/m³) y picos puntuales cercanos a 200 µg/m³, dependiendo de los vientos y posibles chubascos. Ese diente de sierra explica por qué el AQI pueda marcar “Moderado” y, aun así, mantenerse la alerta: lo que manda es la persistencia y la posibilidad de repuntes que dañen a los más frágiles.
Para interpretar el AQI, una guía rápida: 0-50 suele considerarse “Bueno”; 51-100, “Moderado”; a partir de ahí, aumenta el riesgo y conviene actuar. En Lorca, los 50-68 puntos durante la alerta no cuentan toda la historia; lo decisivo es el origen del polvo, su composición mineral y el pronóstico de nuevas intrusiones desde el sur.
El seguimiento regional permanece activo con la red pública gestionada por la Dirección General de Medio Ambiente. Los equipos registran PM10 y PM2.5, además de variables meteorológicas, para afinar las recomendaciones en tiempo casi real. Las autoridades señalan que los indicadores climáticos en la zona apuntan a escenarios más severos que en años anteriores, un aviso que encaja con la experiencia de intrusiones intensas como las que tiñeron de marrón buena parte de España en 2022.
Si llega lluvia, es probable la deposición húmeda: manchas en coches, suelos deslizantes y barro. Conviene extremar la prudencia al volante, posponer lavados de vehículos y, si tienes paneles solares, planificar una limpieza posterior para recuperar rendimiento.
En casa, los purificadores con filtros HEPA ayudan a quienes sufren alergias o asma. Un truco básico: limpia el polvo con paño húmedo para no levantar partículas. Y, si trabajas o estudias, intenta adaptar horarios a las franjas con mejor aire siguiendo los avisos municipales.
De momento, la prioridad es clara: proteger a los vulnerables, aliviar el tráfico y seguir el pulso a cada cambio de viento. Con el bus gratuito, avisos sanitarios y la vigilancia de la red regional, Lorca intenta capear un episodio que, por su naturaleza, puede cambiar de un día para otro.