La jueza de instrucción número 2 de Sabadell ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza para Santiago Laiglesia, de 46 años, tras confirmar indicios contundentes de su participación en el asesinato de Helena Jubany, una joven de 19 años cuyo cuerpo fue hallado el 31 de diciembre de 2001 tras ser lanzado desde la azotea de un edificio en la calle Calvet Estrella. La decisión, tomada el 28 de noviembre de 2025, cierra una fase de 24 años de impasse en uno de los casos más dolorosos y mediáticos de la historia reciente de Cataluña. Lo que antes parecía un misterio sin solución, ahora tiene un nombre, una prueba científica y una orden judicial que lo inmoviliza en una celda.
El ADN que cambió todo
La clave fue un jersey. No un objeto cualquiera, sino el que Helena llevaba puesto el día de su muerte. Durante más de dos décadas, esa prenda fue guardada como una reliquia forense, sin que las técnicas disponibles pudieran extraer más que fragmentos imposibles de interpretar. Hasta que, en 2025, un laboratorio de Barcelona aplicó nuevas metodologías de secuenciación de ADN de bajo contenido. El resultado fue contundente: una muestra compatible al 99,98% con la de Santiago Laiglesia. No era un error. No era contaminación. Era él. Y eso, según la jueza, "incrimina de forma tangible".
La Fiscalía de Sabadell y la acusación particular —representada por la familia de Helena— habían pedido la prisión preventiva desde el inicio de la vista del 28 de noviembre. Argumentaban que Laiglesia, al enfrentarse a una posible condena por asesinato con agravantes, tenía motivos para huir. Además, temían que pudiera influir en testigos del entorno de la Unió Excursionista de Sabadell, donde ambos —él y Helena— eran miembros activos. La jueza no solo les dio la razón: añadió que el riesgo de destrucción de pruebas era real, por su acceso a documentos y su influencia en quienes compartían su círculo.
Los anónimos y la sombra de Xavi Jiménez
El auto judicial no se detuvo en el ADN. También reveló que Laiglesia participó en la redacción de anónimos enviados tras el crimen, supuestamente para desviar la investigación. Un informe pericial de grafología y análisis de lenguaje atribuyó la autoría material de esos textos a Xavi Jiménez, amigo cercano de Laiglesia y también imputado. Ambos eran parte del mismo grupo de amigos que, según testimonios recopilados, mostraron una actitud extraña tras la muerte de Helena: evitaban hablar del tema, cambiaban de conversación, incluso llegaron a borrar mensajes de chat.
La familia de Helena, que nunca dejó de pedir justicia, celebró la decisión con lágrimas. "Hacía falta hacer esta prueba de ADN para resolver dudas", dijo uno de sus hermanos tras la audiencia. Agradecieron especialmente la labor de la inspectora y la bióloga que revisaron la ropa con técnicas que no existían en 2001. "No fue casualidad. Fue tenacidad".
La reapertura: un giro tras 24 años
La causa se cerró en 2003 tras una investigación que apuntó a posibles motivos de celos o despecho, pero sin pruebas concluyentes. La hipótesis de un accidente o suicidio se barajó, aunque nunca se sostuvo. Durante años, los medios y la opinión pública recordaron el caso como un drama sin desenlace. Hasta que, en septiembre de 2025, el juzgado decidió reabrirlo. Fue un momento histórico. La Policía Nacional, con el apoyo del Institut de Medicina Legal de Cataluña, reexaminó cada objeto conservado en la caja fuerte del juzgado. El jersey fue el primero. Y el más decisivo.
Antes, se había solicitado una muestra de ADN de Ana Echaguivel, otra sospechosa temprana. Pero los resultados descartaron cualquier conexión. "Su ADN no es coincidente ni compatible", indicó el informe. Eso eliminó una pista que había alimentado rumores durante años.
¿Qué viene ahora?
La fase de instrucción terminará en los próximos meses. Luego, el caso pasará a juicio oral con jurado popular, algo inusual en España para delitos de esta naturaleza, pero previsto por la ley cuando hay graves violencias contra mujeres. Se espera que el juicio se celebre en 2026, en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Laiglesia y Jiménez podrán presentar su versión. Pero el peso de la evidencia es ahora mucho más fuerte que en cualquier momento anterior.
En las puertas del juzgado, mientras Laiglesia era conducido en coche patrulla, familiares de Montse Careta —otra mujer asesinada en Sabadell en 2007— desplegaron una pancarta: "Ni un paso atrás. Ni una víctima más". Era un recordatorio: este caso no es solo sobre Helena. Es sobre cómo la justicia, aunque lenta, puede volver a la escena del crimen —aunque sea 24 años después— y encontrar lo que antes no podía ver.
Frequently Asked Questions
¿Por qué se reabrió el caso ahora y no antes?
La causa se reabrió en septiembre de 2025 gracias a avances científicos en análisis de ADN de bajo contenido, técnicas que no existían en 2001. Antes, las muestras de ropa no podían ser procesadas con precisión suficiente. La detección del ADN de Laiglesia en el jersey de Helena fue el catalizador. Sin esta tecnología, el caso habría seguido archivado.
¿Qué papel jugó la Unió Excursionista de Sabadell en el caso?
La Unió Excursionista de Sabadell fue el vínculo común entre Helena Jubany y Santiago Laiglesia. Ambos eran miembros activos y formaban parte del mismo círculo social. Muchos testigos clave pertenecían a ese grupo, y sus declaraciones iniciales fueron contradictorias. El juzgado considera que ese entorno facilitó la ocultación de pruebas y la difusión de anónimos para desviar la investigación.
¿Por qué se impuso prisión sin fianza y comunicada?
La jueza consideró que existía riesgo real de fuga —Laiglesia podría enfrentarse a más de 20 años de prisión— y de influir en testigos del entorno de la Unió Excursionista. La prisión comunicada impide cualquier contacto con personas externas, incluidos amigos o abogados no autorizados, para evitar que se manipulen pruebas o testimonios.
¿Qué pasa con Xavi Jiménez?
Xavi Jiménez también está imputado por su supuesta participación en la redacción de anónimos que desviaron la investigación. Aunque no se le acusa directamente del asesinato, su vínculo con Laiglesia y su papel en la manipulación de la narrativa pública lo convierten en un imputado clave. Su defensa ya ha anunciado que presentará pruebas de su inocencia en el juicio oral de 2026.
¿Es posible que se haga un juicio con jurado popular?
Sí. Según la Ley Orgánica del Poder Judicial, los casos de asesinato con agravantes —como el de Helena Jubany, que involucra violencia de género y ocultación deliberada— pueden ser juzgados por jurado popular. El juzgado ya ha iniciado los trámites para que el juicio oral en 2026 sea ante un tribunal de ciudadanos, algo que busca mayor transparencia en un caso que ha conmocionado a toda Cataluña.
¿Por qué se menciona a Montse Careta en las protestas?
Montse Careta fue asesinada en Sabadell en 2007, y su caso también permaneció impune durante años. Su familia y colectivos feministas la recuerdan como símbolo de la violencia machista en la ciudad. Al desplegar la pancarta durante la detención de Laiglesia, querían vincular ambos casos: ambos son ejemplos de cómo la justicia tarda, pero también de que la lucha por la memoria no se rinde.