Articulo

¿Aplausos o látigo?

En la previa se miró con lupa a la portería. Hoy sucedió lo propio. Y Guaita respondió. A medias. Apocado en la portería de la misma forma que es tímido en la vida real, Vicente Guaita tuvo la fortuna de no tener apenas trabajo en la primera mitad. Poca faena que se transformó en un vendaval en la reanudación. Y el canterano ha tenido una buena actuación. El gol de Luis Fabiano mostró sus carencias en las salidas por alto, pero su buena colocación evitaron dos o tres goles más. Nada que objetar.

Mucho que criticar, no obstante, del resto del equipo. Empezando por Silva, que estuvo “missing” todo el partido. Si no estaba en condiciones de jugar, Emery debería haber optado por dejarle en el banquillo. Tampoco estuvieron bien los defensas (Moretti tendrá pesadillas esta noche con Diego Capel), ni los mediocentros (aunque Baraja se redimió con su gol). La delantera tiene bula, porque Villa aguantó quince minutos. Y volvió a pedir el cambio. Ya van dos partidos seguido. Y al tercer “strike”, lo normal es que los isquiotibiles digan basta.

Pero se ganó. El Valencia se sobrepuso a setenta minutos de apatía con diez minutos iniciales llenos de hambre y espíritu ofensivo, y con diez minutos finales de ataque a tumba abierta y pundonor. Pero las flores no duran mucho si no se riegan. En este caso, la suerte de Emery no durará mucho si el equipo no trabaja hasta la extenuación facetas que hoy dejaron al descubierto muchas carencias. Por lo pronto, “Guaje” y Joaquín son duda para Mallorca. Y en siete días, la misma animosidad, el mismo empuje de la grada hoy en Mestalla… será a la inversa en el Pizjuán. Mucho ojo.