Articulo

Cambio radical

Ya desde el momento en que conocimos la alineación la cosa empezaba a tener buena pinta. Centro del campo para Míchel y Manuel, alas para Pablo y Mata, delantera formada por Villa y Silva. La media de edad del Valencia de mediocampo hacia arriba fue de… 23 años. Y eso que Villa tiene 28 “tacos”, siendo el más veterano. Un dato para la ilusión sobre el papel… y también cuando el balón echó a rodar. Porque Fernandes y Míchel hicieron un gran partido. Porque Pablo dio profundidad y criterio al extremo diestro. Y porque Mata, Villa y Silva son jugadores especiales, “diferentes”, y te arreglan un partido en décimas de segundo. Así se abrió la lata: Silva agarró el balón, le dio al “Pause” y elevó la bola sobre la zaga azulona. En un movimiento que fue puro arte, Mata la “pinchó” con la zurda y definió con la derecha. Golazo.

Poco después, la asociación entre los “jugones” propició el penalti sobre Silva, que Villa transformó en el 2-0. El resto de la primera mitad fue plácido, e incluso el Valencia habría podido aumentar su renta. Y mientras, en defensa la cosa estaba controlada. Con una pareja de centrales formada por centrocampistas defensivos (Albelda y Maduro, que cumplieron con sobriedad), y con Albiol y Moretti en los laterales, el Getafe apenas hizo trabajar a César.

La conclusión es que este equipo, con mimbres más jóvenes, ha recuperado la fe en si mismo. El gol de Albiol, tras el penalti con el que Casquero recortaba diferencias, fue la muestra perfecta. El de Villamarxant ha pasado por momentos duros esta temporada, con críticas mayúsuculas hacia su rendimiento. Pero “el Chori” no se esconde cuando arrecia la tormenta, y tras agarrar el balón a cuarenta metros de su área, subió la banda como poseído por el demonio. Se escoró hacia el centro, hizo un recorte con su pierna buena y con la de “palo”, con la zurda, soltó un zurriagazo para poner el balón en la cepa del poste de la meta de Jacobo.

Un gol de arreón, de garra… de un par de narices. La posterior celebración, con Albiol sobre el césped y el resto de sus compañeros encima suyo, ilustra perfectamente lo que esperamos de estos jugadores para lo que resta de temporada. Albiol, por cierto, actuó ayer como capitán debido a la ausencia de Marchena. Sólo tiene 23 años.

La juventud de sus jugadores ha hecho recuperar la ilusión en esta plantilla. Muchos serán los que acusen a los futbolistas de interesados, con frases tan desafortunadas (e inciertas) como que “ganan porque saben que van a cobrar”. Nada más lejos de la realidad. En Santander se ganó con uno menos y apretando los dientes. Y ayer se ganó, además, jugando bien al fútbol. La confirmación de todo esto debe llegar en siete días en El Molinón. Un tercer triunfo consecutivo dispararía las opciones chés de estar en Champions, toda vez que el Villarreal está “sólo” a dos puntos. Un objetivo que hace un mes parecía una odisea… y que está a una sóla victoria de convertirse en realidad.