Articulo

Bendita pegada (video-resumen del partido)

La Liga no da tregua. Hemos entrado en el sprint final del campeonato, y el calendario no tiene piedad con los equipos. Triunfos y derrotas se suceden a velocidad de vértigo mientras la mayoría de clubes ansían el final del campeonato. Y justo ahora, el Valencia se ha decidido a poner la directa y, a velocidad de crucero, encadenar victorias a un ritmo endiablado. En un mes, cinco triunfos consecutivos que le dejan, con 55 puntos, a sólo dos de un Sevilla que hace pocas semanas nos sacaba once de ventaja. Increíble.

Ayer el Valencia fue el pragmatismo en forma de equipo de fútbol. Ya desde el once, la entrada de Edu y Marchena en la medular descolocó a propios y extraños, dejando en el banquillo a Baraja y Albelda. Como resultado, la “extraña pareja” de centrocampistas no terminó de carburar, y el espectáculo en la primera mitad fue más que deficiente. Apenas hubo intentos de aproximación por parte de ambos conjuntos, que parecían dar por bueno el empate.

El guión de la película cambió en el segundo período. Y lo hizo gracias al talento de los tres de arriba. Silva, que hasta el momento estaba “missing”, dribló a tres rivales y cedió la pelota a Mata en banda izquierda, quien puso un centro a media altura al primer palo. Lo que en otros caso terminaría en manos del portero o en despeje del defensa, Villa lo transformó en una obra de arte. Un pequeño salto y el consiguiente taconazo, gesto técnico sólo al alcance de los privilegiados tanto en técnica como en rapidez de maniobra, acabó con el balón en el fondo de la portería. Golazo.

El gol escoció mucho en las filas verdinegras, que poco después encajaron el segundo tras un gran pase de Joaquín entre líneas. Edu recibió, se revolvió y dio el pase de la muerte para que el “Guaje” sumase su segunda diana. Minutos antes, Joaquín habia recibido una entrada criminal, absolutamente salvaje, de Ricardo Oliveira al tobillo que le dejó mermado para el resto del partido. Con todo decidido, Villa se retiró entre tímidos aplausos. Tuvo dos, y las dos fueron para adentro.

Ni siquiera el gol de Oliveira pondría en peligro la victoria final. No obstante, muchos se preguntan si el juego desplegado ayer es suficiente para ganar al Barça. O al menos, para no ser goleados en Mestalla. Otros nos decimos que la victoria ante el Barcelona, visto lo poquito que se necesitó ayer para conseguir los tres puntos, es más posible que nunca. Y todo por la pegada de este equipo. Bendita pegada.