Articulo

Intrahistoria: Llorente se reúne con una plantilla algo "desganada"

La asistencia o no de Miguel Ángel Angulo a la comida oficial de este mediodía era uno de los principales puntos de interés informativo… pero, desde luego, no el único. Queríamos pulsar en primera persona el sentir de los futbolistas, verles fuera del entorno habitual (los entrenamientos en Paterna y los partidos oficiales) para comprobar cómo están las cosas dentro del vestuario. Y, aunque basándonos en sensaciones personales del que esto escribe, ya lo anticipamos: comienzan a adivinarse detalles, gestos y actitudes que deberían preocupar, y mucho, a Unai Emery.

Uno de los clásicos en este tipo de actos es el consabido órden de llegada. Nadie sale demasiado bien parado en este punto: sólo el director deportivo, Fernando Gómez Colomer, llegaba con “puntualidad inglesa”, como él mismo confesaba entre risas, al Nou Racó. Desde su llegada, un incesante goteo de futbolistas que llegaban en pequeños grupos de tres o cuatro, binomios (Alexis y Silva, inseparables, o David Navarro acompañado de Baraja) o en solitario, como Banega, que llegó en taxi. También fueron llegando integrantes del cuerpo técnico y de la directiva: Voro, Pepe García Roig (muy reforzado tras el éxito de la ampliación de capital), Ochotorena, Aiestarán, Candel…

El último jugador en llegar al Nou Racó fue el primer capitán, Carlos Marchena, con más de media hora de retraso. Instantes después llegaron Unai Emery en solitario, y Manuel Llorente acompañado del presidente de la Fundación VCF, Társilo Piles. Los últimos dos en acudir, sobre las 14:10 horas, eran el vicepresidente Javier Gómez acompañado del secretario del Consejo, Tomás Trenor.

Hemos prestado mucha atención a los rostros de los futbolistas al entrar al restaurante. Sólo César y Joaquín bromeaban abiertamente y de forma relajada. El resto de jugadores han acudido a la comida con rostro de circunstancias, lo que confirma en cierta medida las palabras de algunos futbolistas un par de horas antes, cuando en la Ciudad Deportiva de Paterna nos contaban que había “pocas ganas” de acudir a dicho acto oficial.

Les ha recibido a todos el propietario del Nou Racó, el empresario Juan Armiñana, cuyo vínculo con el Valencia viene de lejos (fue consejero y uno de los accionistas que mayor poder acumuló hace un par de años). Un Armiñana que, debemos quitarnos el sombrero, ha tenido un trato exquisito con la prensa y con los periodistas desplazados hasta El Palmar. De hecho, él mismo nos ha facilitado el menú, con platos ligeros “sugeridos” por el doctor Jordi Candel con el objetivo de tener a los futbolistas en plena forma de cara al partido de mañana. Verduras, pasta y carne o pescado a la plancha, para no hacer pesada la digestión. Eso sí, un servidor hubiese optado por una buena paella de bogavante o un “all-i-pebre” tradicional en el Nou Racó…

- ENTRANTES: Gazpacho de sandía; Tomates frescos rellenos de ensaladilla de verduras y lechuga con Ligeresa; y Endivias conqueso blanco desnatado y anchoa desalada.

- PRIMER PLATO (A ELEGIR): Ensalada de rizos con atún, lechuga, manzana u nueces aderezada con vinagreta suave; ó Macarrones al Horno (salsa Bolognesa, tomate y queso aparte).

- SEGUNDA PLATO (A ELEGIR): Dorada a la sala con verduras a la plancha de guarnición: ó Filete de ternera blanca con verduras a la plancha con guarnición.

- POSTRE: Copa de fruta cortada con helado de leche merengada (bajo en calorías)

La comida ha concluído sobre las cuatro de la tarde, cuando los futbolistas abandonaban el establecimiento. Algunos, mientras servidor y algunos compañeros nos “zampábamos” un bocadillo de lomo, miraban al pasar nuestra mesa con envidia y nos decían, medio en broma medio en serio, que seguro que los nuestros estaba “más bueno” que lo suyo. A Candel, desde luego, no le apodan “Doctor Hambre” por casualidad… Los futbolistas se han marchado pero el cuerpo técnico se ha quedado un cuarto de hora más con los directivos. Luego se han ido todos al mismo tiempo, aunque Emery, Ochotorena, Aiestarán y Carcedo se han sentado en la terraza exterior a charlar un rato más mientras se tomaban el café.

¿Y cuál ha sido el discurso de Llorente durante la comida? Se puede resumir en dos palabras: “implicación” y “exigencia”. El presidente, en una intervención breve, concisa y directa, ha venido a decirle a sus jugadores que, una vez solucionado el asunto social, ahora su única preocupación debe ser jugar al fútbol. Llorente quiere la máxima entrega e implicación de todos y cada uno de los integrantes de la plantilla y del cuerpo técnico, y ha puesto sobre la mesa, sin hacer referencia expresa, un objetivo muy definido: terminar la Liga entre los cuatro primeros y clasificarse para la Liga de Campeones la temporada que viene.