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La moral estuvo a punto de cargarse al Valencia

Mientras el mundo del fútbol posaba sus miradas sobre el Bernabéu, el Valencia estuvo a punto de ahogarse en un vaso de agua en su propia casa. Mestalla presentaba un aspecto lamentable en las gradas, mientras la gente se agolpaba en los alrededores del estadio a la caza y captura de alguna entrada que llevarse a la boca. Pero eso no explica lo sucedido sobre el césped, donde aquel dicho del "arranque de caballo, parada de burro" se cumplió gracias a la inestimable colaboración de un Alexis con la cabeza en otro sitio, y de un Alcoyano que puso sobre el tapete argumentos futbolísticos más allá de su inquebrantable e histórica moral.

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En descargo de Unai, hay que aclarar que los cambios tácticos realizados, que en directo parecieron incomprensibles, tienen justificación. Baraja tuvo que marcharse lesionado para dar entrada a Dealbert; Mathieu jugó de central tras la expulsión de Alexis, y arriba la entrada del polivalente Mata ayudó a mantener la sensación de peligro en el área visitante. Y ahora, el "rejón": no se puede sacar a un equipo con ONCE cambios con respecto al partido anterior. Para algunos, se trata de un error en el que Unai ha reincidido por enésima ocasión... y ayer casi le cuesta al Valencia quedarse fuera de la Copa.

El partido tuvo un antes y un después de la expulsión, inexplicable, de Alexis. El malagueño está fuera de forma... y con la cabeza en algún lugar remoto. Desde luego, no en lo que toca. Sólo así se puede explicar que te saquen dos amarillas ante un Segunda B. Antes de su cartulina roja, Marchena y Zigic habían anotado dos tantos para hacer todavía más plácida y aburrida la velada. Y pese al golazo, en mayúsculas, de Víctor Curto, nada parecía hacer peligrar el pase a octavos. Famosas últimas palabras...

Los últimos diez minutos fueron de infarto. Tras el empate a dos, un miserable gol metía al Alcoyano en la siguiente fase y suponía uno de los batacazos más grandes en la historia reciente del Valencia. Los pocos miles de aficionados valencianistas que acudieron al campo "apretaron el culo"; también en el banquillo local, donde Emery hacía aspavientos en su rutina habitual.

Por suerte, al final no hubo "Alcorconazo": el Alcoyano se fue para casa con un empate muy meritorio y merecidísimo... y el Valencia ya está en octavos, aunque tras recibir un serio aviso por parte de un modesto. Pero en octavos, al fín y al cabo: otros no pueden decir lo mismo...