Articulo

Reflexiones sobre el día en que el "Señor Dalport" dio la cara

Bravo entró, sonrió, y se sentó en la séptma fila del auditorio. Su cara de póker no varió ni un ápice cuando su abogado, el malagueño Conejos Alba, subió al atril para pedir una retahila de documentación al actual Consejo de Administración. Primera contradicción: Dalport no tiene derecho a pedir algunos de los papeles que ayer exigió. Segunda contracción: Inversiones Dalport, pese a su aparición estelar en la tarde de ayer, no ha impugnado la Junta. Ni antes de que se celebrase, ni durante el turno de Ruegos y Preguntas, ni hoy martes. 

Luego, cuando Bravo se subió al atril, uno no sabía si reír o llorar. Habló este señor de hoteles “de siete estrellas”, de “seis jugadores” cuya contratación tenía apalabrada, dijo que le iban a “bloquear” la entrada al club si ponía los 46 millones de euros que le correspondían en la ampliación de capital… y se marchó diciendo que quizá en el club no querían los 700 millones de euros que estaba dispuesto a poner. Una afirmación que le valió los abucheos del respetable. Durante toda la intervención no mostró ni un sólo documento, ni ún sólo papel, ni una sóla prueba fehaciente de que lo que estaba afirmando pudiese ser cierto. La nada más absoluta. Así, el “Señor Dalport” (así se refería a él Jaume Part) abrió por primera la vez la boca de forma pública… para no decir absolutamente nada.

Un pequeño inciso para hablar de Manuel Llorente y de Társilo Piles. El presidente no se comportó de forma correcta cuando interrumpió en un par de ocasiones a Bravo: servidor piensa que todo el mundo, incluso al mentiroso compulsivo más recalcitrante, se le debe permitir expresarse con libertad. Tampoco me gustaron un par de detalles demagógicos en el discurso de Llorente cuando apeló a la valencianía de los asistentes, pero sí pienso que el fondo de su mensaje, el de vivir de realidades, es el más coherente en la actualidad. Sobre Piles, el presidente de la Fundación empezó con tino su intervención… pero se equivocó, en formas y mensaje, en su parte final.

Quizá lo más indignante de todo este circo sea que los dos responsables de este bochornoso espectáculo, Juan Soler y Vicente Soriano, no estuvieran ayer en la Junta para que el resto de accionistas pudiesen verles la carita. Nosotros hibimos nuestro trabajo: confirmamos que Soler no asistiría, y ayer a mediodía hicimos lo propio tras conversar con Soriano. El expresidente hizo gala de un tono de voz apagado, mientras repetía una y otra vez que no quería saber nada del tema. Cuando elValencianista.com le preguntó sobre el estado de sus acciones y sobre si creía que en octubre iba a cobrar, Soriano cambió de tema con rapidez. Ni siquiera en su momento más bajo, tras haber perdido toda su credibilidad ante la opinión pública, Vicente Soriano quiere hacer propósito de enmienda y explicarse con claridad.

Eso sí, ahora más os vale agarraros a algo, porque “vienen curvas”. Víctor Vicnte Bravo ya tenía ayer planeada su “tournee” por los medios afines, por lo que lo único que escucharemos serán publirreportajes dado que, personalmente, dudo mucho que vaya a dar la cara en medios de comunicación en el que haya la más mínima posibilidad de que se desmonte su “paraeta”. Y, en caso de hacerlo, habrá que reconocer su arrojo… instantes antes de ser puesto en evidencia por todas las mentiras que se han dicho en estos tres meses. Así, por vuestra sanidad mental, os pido de verdad que miréis en vuestro interior, que prestéis atención a lo que estos personajillos de medio pelo dirán en los próximos días… y que toméis una decisión clara, sobre a quién leer, y a quién escuchar. Ya basta de tanta vergüenza.