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Los "bajitos" se dieron un festín ante una defensa de verbena

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Quizá se trate de uno de los pocos partidos en los que, más que analizar los aciertos del Valencia para obtener el triunfo, hay que destacar los errores de bulto de la defensa zaragocista. Demasiados espacios, insuficiente presión... y una lamentable manera de tirar la línea del fuera de juego. Con este panorama, los delanteros blanquinegros sólo tuvieron que sentarse a la mesa, agarrar los cubiertos y darse un festín goleador.

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Muchos aficionados reflexionaban en voz alta a la conclusión del partido: "Si con Emery lo hemos pasado mal atrás, con Marcelino seríamos una banda...". Palabras textuales, prometido. El juego del Zaragoza en su línea de zagueros se asemejó, por momentos, al Valencia que vimos en tramos de la temporada pasada y en los primeros partidos de la presente: defensas inseguros, demasiada distancia entre líneas y mucha dificultad para replegarse en condiciones. Del "papelón" de Pavón y Ayala, que volvía a Mestalla, mejor no decimos nada.

Villa, Pablo y Mata, guiados por un Silva que partido a partido va a más, se aprovecharon de la coyuntura para "mojar" prácticamente a puerta vacía, con contragolpes rápidos y letales que pusieron un 3-0 en el marcador algo engañoso. Así se alcanzó el descanso, con un Marcelino "mosca" con Muñíz Fernandez y que vio el resto del partido en la grada tras ser expulsado por el colegiado asturiano.

En la reanudación, los maños se vinieron arriba, sin absolutamente nada que perder. Por momentos el centro del campo blanquinegro pasó apuros, pero esta vez la entrada de Baraja dotó a la medular de mayor control. Para entonces, el Zaragoza ya había conseguido el tanto del honor por medio de Abel Aguilar, que se aprovechó de un mal despeje de César y de la indecisión de la defensa para anotar. Un gol que ha evitado el récord del guardameta de Coria, que se quedó a 17 minutos de batir su mejor registro de imbatibilidad.

Sin brillantez pero con un fútbol sólido y muy efectivo, el Valencia recuperó sensaciones como local y continúa a la caza de los tres primeros clasificados. Los chés alcanzan el parón liguero en un momento de forma dulce... pero tienen que aprovechar estos quince días para mentalizarse de cara a una batalla dura, durísima, en la undécima jornada. El Reyno de Navarra y Osasuna esperan con los tambores de guerra...