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Intrahistoria: Alexis nunca encontró su sitio

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Alexis ya es jugador del Sevilla. Su fichaje relámpago, fraguado en apenas cuarenta y ocho horas, responde a las necesidades económicas del Valencia y el ansia del jugador por abandonar la capital del Turia. ¿Quién ha sido el principal responsable de su venta?

Arrancaremos explicando que nada hubiese sido posible sin el inestimable papel de Manuel García Quilón, a la sazón representante del central malagueño. Quilón ha sido el intermediario en todo momento entre su representado y el Sevilla, y también entre los presidentes del Valencia y la entidad hispalense. Ha sabido "mover" a su jugador en el momento justo para rematar una operación que, cómo no, le supondrá píngües beneficios en forma de comisiones. Nada que objetar: como representante, ha hecho su trabajo a la perfección.

La salida de Alexis empezó a fraguarse el domingo por la noche, tras una llamada telefónica de Quilón a Monchi, secretario técnico del Sevilla, ofreciéndole la posibilidad de contratar a Alexis. Tres factores hacían viable la operación: la necesidad de contratar un central tras la venta de Squillacci al Arsenal; la opinión de Monchi, que ya había tratado hasta en dos ocasiones de hacerse con el central; y el momento anímico de Alexis, "tocado" tras la marcha de Silva y repleto de dudas sobre su futuro.

Hacemos un paréntesis para explicar esto último. Alexis Ruano y David Silva eran como hermanos. Su estrecha relación se fortaleció a finales de 2007, cuando la familia del canario se hizo cargo, en cierto modo, de un Alexis convaleciente de una operación de rotura de ligamentos en su rodilla que le hizo estar seis meses fuera de combate. Ambos jugadores eran inseparables, y la venta del de Arguineguín al Manchester City supuso un golpe anímico importante para Alexis.

A esto se le sumaba su situación en la plantilla: en apenas dos años, el malagueño pasó de central indiscutible y con serias posibilidades de ir a la Selección, a tercera e incluso cuarta opción para el centro de la zaga. No rindió lo esperado cuando Emery lo necesitaba, y el técnico tenía ya su confianza depositada en gente con mayores galones (Navarro, Costa), mayor sacrificio (Dealbert) o mayor polivalencia (Maduro).

Con este panorama, Quilón supo moverse con rapidez. Durante la mañana del lunes, apalabró el contenido del nuevo contrato de Alexis con el Sevilla. A mediodía, ningún dirigente del Valencia tenía constancia ninguna del interés del Sevilla por el malagueño, como os contó elValencianista.com. Por la tarde, convocó una reunión con la cúpula valencianista en las oficinas de la calle Lauria. Allí acudió, a las 20:00 horas, Manuel García Quilón. No estaba sólo: con cierta sorpresa, Manuel Llorente, Javier Gómez y Braulio Vázquez escucharon las palabras del propio Alexis, que con Quilón a su lado pidió a los dirigentes del Valencia que le dejasen marchar, que no estaba a gusto en Valencia. Llorente aceptó, siempre y cuando hubiese algún club que hiciese una oferta seria por él.

En ese momento, Quilón remató la jugada. Puso sobre la mesa los cinco millones que el Sevilla estaba dispuesto a ofrecer. Llorente, tras discutirlo con sus consejeros, llamó personalmente a Unai Emery para preguntarle por la operación, y el míster fue escueto: "Alexis es importante, pero no imprescindible". A las nueve de la noche, Llorente y Jose María del Nido, presidente hispalense, conversaban al télefono y pulían los detalles del traspaso. Casi a las dos de la madrugada, se daba por cerrado el acuerdo. Esta mañana, a eso de las once, se ha hecho oficial.

Esta mañana, Alexis pasaba a eso de las nueve por las instalaciones de la Ciudad Deportiva de Paterna. Allí se ha despedido de sus compañeros, muchos de ellos sorprendidos por su marcha. Parecía complicado debido a su carácter afable y abierto, pero por mucha gente que hubiese dentro del vestuario, Alexis se encontraba muy sólo. Así se sentía. Ahora, en el Sevilla, buscará recuperar el nivel que una vez demostró y que le llevó a jugar en un grande de la Liga. Por su parte, el Valencia ingresa poco más de cinco millones de euros por su traspaso y se ahorra su ficha en los tres años de contrato que le restaban. Braulio ya busca un central que pueda reemplazarle.