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Síntomas de recuperación paulatina

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Quizá el Valencia haya dejado de practicar el juego eléctrico de las primeras jornadas y haya reducido su vistosidad, pero obtiene resultados. Y eso, en este tramo de la temporada, se ha convertido en la prioridad número uno para Unai Emery. Opina sobre esta crónica.

La noche era fría, gris y típicamente invernal. Pese a ello, la grada respondió. En Mestalla hay ganas de que el equipo mejore, recupere su mejor versión, juegue con un sistema definido. Mientras ese momento llega, la gente se contenta con pequeños chispazos de lucidez. En los últimos partidos, la luz que guía al equipo viene por las bandas. Mata y Joaquín han completado una semana sublime, pletórica, ambos enchufados al cinto por ciento y con sus botas bien afiladas.

Sólo hay que ver la jugada del 2-0. Guaita sirve en largo, prolonga Aduriz con la cabeza, baja al piso la bola Joaquín, que con una finta esconde el balón el tiempo justo para que la jugada fluya. El gaditano sirve el balón al espacio para el desmarque del vasco, que centra raso al área. Allí, de espaldas, marcado férreamente, Mata usa el rabillo del ojo para dejar el balón con un taconazo a la carrera de un Soldado que, en un microsegundo, controla y fusila. Golazo repleto de rapidez, calidad y precisión. Y esa jugada sale de la Ciudad Deportiva de Paterna, donde estos contragolpes se entrenan habitualmente. Y los que criticamos habitualmente su poca efectividad, nos quitamos el sombrero el día en que las cosas salen bien.

Esto ocurrió en el segundo tiempo. En el primero, el Valencia se había puesto por delante tras una gran jugada personal de Soldado, que convirtió un "melón" de Bruno en un bello gol, clásico de delantero asesino. El Almería lo intentaba, pero ni su ánimo ni su fútbol daban para más. La defensa valencianista, endeble en el último més, tuvo un partido relativamente plácido, sólamente estropeado por el postrero gol de Ulloa.

El Valencia sigue con problemas en el balance defensivo, a la hora de cerrar espacios atrás, en momentos puntuales en que los interiores no ayudan a los laterales... Sigue, en definitiva, con alguna molestia futbolística. Pero, como un buen jarabe, los goles y los triunfos ayudan a sacar poco a poco la nave a flote. Los resultados, de momento, acompañan. Ahora sólo queda que el juego vuelva a ser el de principio de temporada.