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El Valencia maltrató al juguete turco

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El Valencia solventó con nota el partido ante el Bursaspor; los turcos podrían haber dado el susto, pero marraron dos claras ocasiones nada más empezar; el liderato del grupo se logrará ganando en Old Trafford. Opina sobre nuestra crónica.

El resultado es claro. Más contundente, imposible: un "set" al Bursaspor que sirve para certificar el pase a octavos de final. En principio, nada que reprochar. Sin embargo, hasta en la noche más feliz hay motivos para la preocupación.

El primero y fundamental, el horrible partido a nivel defensivo. Ante un rival que disparaba con balas de fogueo, la pareja de centrales y los laterales no tuvieron su noche. Tampoco un David Albelda cuya primera media hora de partido dejó mucho que desear. El arranque de partido dejó dos clarísimas ocasiones para los otomanos, que no supieron o no pudieron ponerse por delante en el marcador. Especialmente llamativo fue el error de Yildirim, que falló un mano a mano clamoroso tras picar el balón sobre Moyà y que éste se marchase fuera.

Instantes después llegaría la lesión del mallorquín (debutó Guaita en Champions) y el primer tanto del Valencia, tras un absurdo penalti sobre Aduriz que Mata se encargó de enjaular en la portería turca. Poco tardó el burgalés en sumar a su estadística una sensacional asistencia a Soldado para anotar el 2-0. El tercero llegaría, precisamente, tras un sutil toque de tacón de Mata para Jordi Alba, que ganó línea de fondo y centró para que Aduriz, tras dos remates, embocase en la portería visitante.

En un pis-pas, el partido había muerto. Con el Bursaspor desarbolado, el Valencia manejó a placer a su "juguete". El cuarto llegaría de la mano de Joaquín, enchufadísimo en ambas bandas y que quebró a su par para, tras disparo duro que rebotó en un defensa, alojar el esférico en la escuadra más lejana a Ivankov.

¿La mejor noticia de la noche? Que el descanso no sació el ansia valencianista, y que la pegada fue brutal: muy pocos disparos de los che no acabaron en la red. Tras una magnífica contra a tres toques, el césped ayudó a Soldado a colar un trallazo por la escuadra. Era el quinto. El Chori Domínguez, el refresco que Unai introdujo en el segundo período junto a Isco, logró congraciarse momentáneamente con Mestalla al marcar el sexto, el primer gol del argentino desde que es valencianista.

Entremedias, Batalla había marcado el gol del honor. El primero del Bursaspor en toda la fase de grupos. El primero de los turcos como equipo de Liga de Campeones. Pese a la goleada, se marcharon más o menos contentos. Los treinta mil aficionados que fueron a Mestalla, también. Y el Valencia ya está en octavos, a falta de saber si pasará como segundo o si, campanada en Old Trafford mediante, lo hace como primero.