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Y lo de Mata, ¿qué?

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Pasan los días, pasan las semanas, y la situación de Juan Mata sigue sin resolverse; el enfado aumenta en el entorno del jugador mientras, desde el Valencia, apelan a la tranquilidad. Opina sobre este artículo.

La cosa pinta fea. Al menos, da la sensación de que las posturas se han enquistado de una manera brutal en las últimas semanas, tras la última reunión entre Manuel Llorente y el padre de Juan Mata. El progenitor y la vez representante del jugador recibió una respuesta "typical-Spanish" del presidente: "Vuelva usted mañana". Y al no tener fecha definida para el próximo encuentro, el entorno del futbolista empieza a impacientarse.

O nuevo contrato, con mejor sueldo y más años; o que lo vendan este mismo verano; o que todo siga igual hasta que el actual contrato expire. A una de estas tres opciones se remiten aquellos que rodean a Mata, mucho más beligerantes y enfadados con Llorente que el propio jugador, que trata de dedicarse a lo suyo, que es jugar al fútbol. El cabreo de la gente de confianza del burgalés es considerable por muchos factores, gran parte de ellos relacionados por la sensación generalizada, y acertada para un servidor, de que a Juan Mata no se le valora como merece.

Es verdad que Mata cobra una cantidad irrisoria en comparación al peso que tiene y está destinado a tener en el equipo. Que hay jugadores, como Del Horno, que triplican su sueldo. Y que Llorente no se ha portado bien con él: bien conocida es la anécdota de que el presidente envió un SMS a Marchena, como capitán del Valencia por aquel entonces, para que felicitase a los otros tres valencianistas de su parte tras ganar el Mundial. Un mensaje para cuatro jugadores. ¿Tanto costaba enviar cuatro felicitaciones, en lugar de sólo una?

Al futbolista tampoco le acaba de hacer gracia que se hayan escogido los capitanes antes de que regresase de sus vacaciones, aunque eso habría que achacárselo a Unai Emery. No porque quisiese ser capitán, pero Mata considera que se ha ganado sobre el césped la posibilidad de opinar en asuntos de vestuario tan importantes como este.

Al final, pasan los días y el "caso Mata" no evoluciona hacia ningún sitio. Quiere quedarse, está contento aquí pero está cansado de que lo "burreen". Su padre pide un gesto del presidente, una reunión antes de que empiece la Liga para cerrar definitivamente un acuerdo... o cerrar definitivamente la puerta a una mejora. Mientras, Llorente asegura a sus allegados que lo de Mata llegará, pero a su debido tiempo. Que la pauta de la negociación debe marcarla el club, y no el jugador. Es buen momento para demostrarlo.