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Un Valencia líder, le pese a quien le pese

Ver todas las noticias de Vicente Rodríguez

Tranquilidad: poco a poco, conforme pasan las jornadas, cada vez más gente levanta la orejas al escuchar el nombre del Valencia; el líder de Primera alcanza el parón con una victoria sufrida y de oficio. Opina sobre nuestra crónica.

No hace falta que el presidente del Valencia pegue un "toque" a los compañeros de los medios nacionales. Ni que algunos impresentables sigan insultado y despreciando, desde la lejanía, a una institución como la valencianista, que durante casi un lustro ha estado siempre por encima de sus dirigentes y ha sobrevivido a auténticas plagas en forma de nuevos rícos con ínfulas de grandeza y a embaucadores de medio pelo con poca credibilidad y menos vergüenza. Todo eso importa poco a día de hoy.

Porque el Valencia sigue líder. Porque los de Emery estarán los próximos quince días ahí arriba, en los más alto de la tabla y viendo por el retrovisor a Barcelona y Madrid. Y, para desgracia de algunos a los que la bilis amenaza con darles más de un susto en forma de úlcera, amenazan con aferrarse al primer puesto durante el mayor tiempo posible.

Y todo esto se debe a que, al fín, el Valencia ha aprendido a sufrir... y terminar ganando.

El del Athletic fue un "deja vu" de noventa minutos. Un primer tiempo arrasador por parte de los che. Fútbol total, ofensivo, con dos delanteros, una sociedad letal en ataque, Pablo en estado de gracia, Mathieu dejando en ridículo a los defensas rivales por banda izquierda... Media hora inicial brutal que nos dejó el 1-0 de Aduriz y unas magníficas sensaciones. A partir de ahí, recuerdos de una vida pasada en la que el Valencia "metía la pata" en los pequeños detalles.

Porque el rival también juega. Y Caparrós, que es un pedazo de entrenador, fue tapando poco a poco las vías que le había abierto el Valencia. Empezó a hacerlo en la recta final del primer tiempo, aclaró posteriormente conceptos en vestuarios y salió al césped en la reanudación dispuesto a lograr el empate. Para ser justos, los leones merecieron un premio mayor. Pero no fue su noche. Los de Mestalla, apretando los dientes, aguantaron y supieron administrar la renta. Emery dio entrada a jugadores de refresco. Y, en una contra de libro, el Chori Domínguez nos dejó la primera de las muchas pinceladas de clase que esperemos nos deje por estos lares. El recorte de Vicente y su posterior definición, símplemente magistrales.

Aún así, los peleones vascos recortaron diferencias con un golazo de falta directa de Gabilondo. Aún quedó tiempo para sufrir un par de minutos más. Al señalar el árbitro el final del choque, los jugadores alzaron los brazos al cielo. Por delante, quince días para saborear un liderato más que merecido. Le pese a quien le pese.