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El cambio de piel del VCF se confirma en Bursa

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Confirmado: nos han cambiado a este equipo. Donde el año pasado había estrellas, este año hay bloque. Donde el año pasado se dependía de ramalazos puntuales de inspiración atacante, este año el equipo come lentamente el terreno a sus rivales. Opina sobre nuestra crónica.

La explicación quizá resida en el ansia interior de los fichajes de esta temporada. Casi todos ellos con mucho que demostrar, con ganas de decirle al mundo que ellos también merecen un sitio bajo los focos de la gloria. Topal, Soldado, Aduriz y el resto son gente con un hambre voraz. Y el flojo Bursaspor pagó los platos rotos.

En ocasiones, no obstante, este ansia puede ser contraproducente. Tino Costa, hasta su visita a tierras turcas, era un jugador que no encontraba su identidad. Su fuego interior ardía en deseos de demostrar, de gustar, de justificar la inversión realizada por él. Un cañonazo inimaginable desde 35 metros le liberó de sus cadenas. ¡Qué pelotazo! El portero del Bursaspor no podía imaginar que un loco de Las Flores se sacaría de la chistera semejante obús. Con el gol llegó el éxtasis del Tino, y a partir de ahí empezó a crecer como jugador. Sólo hemos visto el primer paso.

Por detrás del argentino, jugadores que apuntan maneras. Topal, por ejemplo, realizó un partido tácticamente perfecto. De manual. Su trabajo fue oscuro como la noche turca, y eso casi siempre suele ser buena señal. Sin florituras, sin carreras alocadas, sin perder la posición, sin abandonar su puesto de fiel guardaespaldas del centrocampista lanzador. Un jugador que debería tener muchas oportunidades esta campaña.

Arriba, la vida sigue igual. El flechazo entre Aduriz y el gol sigue vigente. Esta vez fue de cabeza, "cazando" a media altura un balón suelto en área pequeña tras un sublime disparo de Costa a la cruceta. Para no ser menos, Soldado remataría la goleada con una definición suave y tranquila en el mano a mano con el portero. Entre medias, Pablo se sacó de la manga un gol de "pillo" que le sirvió para avisar a Joaquín de que el gaditano no tiene la titularidad asegurada.

Sólo es un partido. Fue ante el Bursaspor, temible en la Liga Turca pero quizá agarrotado y sin personalidad en su primer partido en la Champions. El Valencia llegó al Atatürk Stadyum con hechuras de grande, y comenzó a tomarse la medida del traje. Le sienta bien. Se encuentra cómodo. Sólo es un partido... pero es imposible no ilusionarse.