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Todos aplaudieron en Old Trafford

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Puede que las "coñas" a costa de las manías del entrenador del Valencia en la banda sean algo exagerado, pero practicamente todos los implicados en el partido de ayer tuvieron motivos para dar palmas. Hablando de manos, Guaita sacó cuatro o cinco antológicas a los delanteros locales. Opina sobre esta crónica.

Una noche fría en Manchester arrancó con retales de gran velada. El imponente coliseo de Old Trafford se topaba, a los pocos minutos del primer tiempo, con un duro revés: un tanto de Pablo Hernández que metía al Valencia, de manera provisional, como líder del Grupo C. El valencianismo se frotaba los ojos con incredulidad.

Unai Emery ha demostrado esta temporada que sabe plantear bien los partidos. Magníficamente bien. Cada vez que el Valencia visita un estadio importante, el equipo cuaja un buen primer tiempo. Por regla general, se marcha al descanso con el partido controlado y con ventaja en el marcador. Old Trafford fue la enésima demostración de esta circunstancia. Del mismo modo, también es innegable que el vasco no sabe leer los partidos. Modificar el esquema táctico según el transcurso del choque. Las segundas partes ante Barcelona, Villarreal, Madrid o el doble enfrentamiento ante el Manchester lo atestiguan. Ferguson ajustó piezas en el segundo tiempo. El empate de Anderson equilibró de nuevo la balanza.

No lo había conseguido antes porque un coloso vestido de amarillo se interponía siempre en su camino. Berbatov y el resto de atacantes "reds" soñarán con Vicente Guaita, que en apenas cuatro días se ha doctorado en dos de los campos con más glamour del panorama europeo. Su actuación fue inmaculada. No puede decirse lo mismo de una defensa muy poco conjuntada: no fue responsabilidad de Dealbert, concentrado y siempre metido en el partido, sino del que le saca en una plaza complicada tras cuatro meses sin jugar.

Con el partido empatado y la segunda plaza asegurada, el equipo se relajó. Los revulsivos, como Soldado, se helaban en el banquillo. Unai dio entrada a los jóvenes Isco y Feghouli. La noche era para dar oportunidades a los poco habituales. Una oportunidad que el Chori Domínguez aprovechó en el primer tiempo, hasta su lesión. ¿Por qué no saldrá siempre igual de motivado? La mística de Old Trafford puede que guarde la respuesta.

Al final, la noche acabó bien para todos. Old Trafford aplaudió la primera plaza de los suyos. El valencianismo, la gran actuación de Vicente Guaita. Ferguson, las facilidades que Unai le puso para "meterle mano" en la segunda mitad. Manuel Llorente dio palmas porque empatar en campo ajeno es algo extraordinario y, además, el club ingresará 400.000 euros por esta igualada. Y, obviamente, Emery aplaudió. Es su pasatiempo favorito.