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10 de julio de 2009
Franz Beckenbauer. El cerebro de Alemania
Franz Beckenbauer.
Hijo del director de una oficina de correos, comenzó a jugar al fútbol a los 9 años, en las categorías inferiores del SC Múnich 06, antes de entrar a formar parte del Bayern de Múnich en 1958. Debutó con el Bayern en el ala izquierda, contra el FC St. Pauli el 6 de junio de 1964. Sólo necesitó una temporada en la liga regional para lograr un puesto en la Bundesliga.
Hizo su debut con la selección alemana el 26 de septiembre de 1965, con apenas 20 años, y participó en tres ediciones de la Copa Mundial de la FIFA. El joven Beckenbauer jugó su primer partido en 1966, marcando dos goles ante Suiza, con el resultado final de 5-0. Aunque Alemania no pudo imponerse a Inglaterra (la selección anfitriona) en la legendaria final de Wembley, transcurridos más de 30 años, tiene un recuerdo positivo de aquel torneo: “ser finalista en una Copa Mundial no es un mal resultado para un jugador joven”, comentó.
Su segunda Copa Mundial, la de México 1970, también resultó memorable, ya que Beckenbauer jugó la semifinal contra Italia,un partido que dejaria la “marca” Beckenbauer en la historia de los mundiales jugando con un hombro dislocado y el brazo en cabestrillo. Sin embargo, su esfuerzo no se vio recompensado, ya que Italia venció por 4-3 a Alemania y los germanos tuvieron que conformarse con el tercer puesto.
A pesar de lo ocurrido, Beckenbauer guarda un grato recuerdo de la Copa Mundial de México: “México 1970 fue un torneo excepcional. En aquella época no había tanto fanatismo, ni tanta preocupación por la seguridad. Podíamos hacer lo que quisiéramos. Simplemente había un policía armado en la entrada como única vigilancia. Obviamente, es algo impensable en la actualidad. Entonces todo era más relajado. El torneo de México estuvo lleno de colorido. El país era una gran fiesta del fútbol”.
Derrotar a uno de los más grandes
En 1974 llegó su momento más dulce. Entonces Beckenbauer ya ocupaba en la selección el puesto que revolucionó con su estilo de juego (libre por detrás de la defensa). Organizaba el juego ofensivo del equipo desde esa posición y también participaba en el ataque cuando la ocasión lo permitía (y cuando no), ya que tenía una clara tendencia ofensiva, en oposición al tradicional papel defensivo que se asigna al central.
La Copa Mundial de Alemania fue muy especial para Beckenbauer y para su selección. Desde el pitido inicial, quedó claro que la hinchada no esperaba de ellos nada que no fuera el trofeo de campeones, y las elevadas expectativas eran aceptadas por su capitán: “Cuando eres el anfitrión la presión se hace más fuerte, porque todo un país espera la victoria”.
Gerd Müller, Paul Breitner, Wolfgang Overath y el resto del equipo soportaron la presión hasta lograr la segunda Copa Mundial para su país. Tras la victoria por 2-1 sobre Holanda, Beckenbauer, como capitán, fue el primero en alzar el nuevo trofeo, después de que Brasil se hubiese quedado con la Jules Rimet en 1970.
Tres años después de la Copa Mundial, Beckenbauer abandonó el Bayern de Múnich con destino al Cosmos de Nueva York (Estados Unidos). Para entonces, lo había ganado casi todo con “su” Bayern (tres Copas de Europa, cuatro títulos de liga y cuatro Copas de Alemania). Esperaba encontrar un nuevo reto en la liga profesional estadounidense, además de un buen sueldo. Desde el punto de vista deportivo, su estancia en Estados Unidos supuso un paso atrás: “En lo que se refiere al fútbol, mejor olvidarlo”.
Éxito interminable
Cruzar el Atlántico también supuso el final de su carrera con la selección alemana. Su decisión de jugar en el extranjero tuvo como consecuencia que la Asociación Alemana de Fútbol no volviera a convocarlo. Jugó 103 partidos con la selección y, por lo tanto, se convirtió en el primer jugador alemán que superó la mágica barrera de los 100 partidos.
En 1982, con 35 años, regresó a la Bundesliga y jugó una temporada con el Hamburgo. Se retiró como jugador en 1983 tras otra incursión en Estados Unidos con el Cosmos de Nueva York.
En julio de 1984, tras el fracaso de Jupp Derwall en el Campeonato Europeo, Beckenbauer fue nombrado seleccionador nacional.
Su primera participación como entrenador en una Copa del Mundo de la FIFA podría considerarse un éxito, ya que llevó a Alemania a participar de la final de México 1986. Aunque Argentina fue la vencedora, Beckenbauer logró que se un notable reconocimiento como entrenador.
En Italia 1990, Alemania se impuso sin perder un solo partido y, cuando Andreas Brehme marcó el penal en la final contra Argentina, Beckenbauer escribió su nombre con letras de oro en la historia del fútbol alemán. Era el primer deportista que ganaba la Copa Mundial como jugador y como entrenador.
Su segunda victoria en una Copa Mundial, en esta ocasión como seleccionador, fue el cenit de la carrera futbolística de Franz Beckenbauer: “La victoria como entrenador en Italia 1990 es lo más importante para mí, porque no hay nada comparable a una Copa Mundial”, ha afirmado Beckenbauer.
Beckenbauer fue Presidente del Bayern de Múnich hasta 1998, cuando fue nombrado Vicepresidente de la Asociación Alemana de Fútbol. Bajo su batuta se lanzó la candidatura que logró llevarse la Copa Mundial de la FIFA 2006 a Alemania.
Desde que se aceptó la citada candidatura, Beckenbauer desempeñó un papel relevante en la planificación y la organización de la Copa Mundial de la FIFA 2006 como Presidente del Comité Organizador Local.
http://www.youtube.com/watch?v=wnevkMzUEyE
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