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"Juan, gracias por todo"

"¿Por qué tenemos que vender a Villa?" "¿Por qué Llorente no intenta retener a los cracks?" Las preguntas se acumulan, pero las respuestas sólo se descubren echando un vistazo a la gestión del peor presidente de la historia del Valencia Club de Fútbol, S.A.D. Opina sobre este artículo.

La gráfica superior no pretende ofrecer datos precisos, pero sí mostrar de una forma visual y muy directa las consecuencias de la gestión llevada a cabo por Juan Bautista Soler Luján. La deuda del Valencia no nació con el antiguo presidente blanquinegro... pero, sin duda, fue agravada hasta extremos casi paroxistas. Cifras en la mano, y poniendo por delante el margen de error en los números propio de este tipo de balances, Juan Soler llega a la presidencia del Valencia a finales del año 2004, momento en el que el Valencia tenía aproximadamente una deuda "histórica", arrastrada a lo largo de muchas temporadas, de unos 120 millones de euros. Veinte mil millones de las antiguas pesetas, que ya es decir.

Sin embargo, mientras los palmeros oficiales se encargaban de encubrir todas las tropelías que se cometieron con el constructor ocupando el sillón presidencial, los números no engañaban a nadie. Sus casi cinco temporadas como presidente dejaron un balance escalofriante: se vendieron jugadores por un importe de 34 millones de euros... y se invirtieron cerca de 180 millones de euros en fichajes. Di Vaio, Fiore, Caneira, Corradi, Villa, Miguel, Regueiro, Joaquín, Morientes, Asier del Horno, Tavano, Hugo Viana, Arizmendi, Zigic, Fernandes, Maduro, Banega y Alexis fueron las incorporaciones, de las que se puede decir sin tapujos que sólo tres o cuatro se han confirmado como fichajes válidos para el Valencia.

Echad de nuevo un vistazo a la gráfica. El Valencia siempre ha perdido dinero. Siempre. Por eso es erróneo culpar a Soler de esa deuda histórica que el club arrastraba. Pero sí que es culpable de derrochar y lanzar a un pozo sin fondo todo el patrimonio que el club poseía. De empezar un nuevo estadio sin haber vendido el anterior. De pagar finiquitos millonarios. De no saber negociar los fichajes y pagar auténticas barbaridades por futbolistas de medio pelo. Ese es el motivo de que el club tenga a fecha de hoy más de 550 millones de euros de deuda. Ese es el motivo de que, a día de hoy, el Valencia no pueda permitirse el lujo de retener durante más tiempo a futbolistas de talla mundial, como es el caso de David Villa.

La crisis económica mundial sirve como atenuante, pero no como excusa. Los voceros se llenan la boca señalando que "Soler los puso", cuando el constructor fue el primero en saltar del barco cuando el barco se hundía. ¿Recordáis la Junta de junio de 2009? ¿Recordáis el "affaire Dalport"? Son hechos que retratan a las personas.

Por eso, cuando estos días el aficionado hojee la prensa, oiga la radio, vea el telediario y se le caiga el alma a los pies al ver que uno de los mejores jugadores que ha tenido en su historia se tiene que marchar a otro equipo por la necesidad económica del club... ruego que no se demonice a Manuel Llorente. El actual presidente no es más que el gestor que Bancaja, el máximo acreedor del Valencia, ha puesto al frente de la sociedad para que esta no quiebre y desaparezca. Para reducir la sangría y las pérdidas, que como pueden verse, van camino de estabilizarse. Estamos en una economía de guerra. Hay que recortar gastos. Hay que sobrevivir. Y el culpable, que ya pagó con creces al haber perdido gran parte de su patrimonio personal, jamás podrá reparar todo el daño que le ha hecho al Valencia. Soler, gracias por obligarnos a vender a Villa. Juan, gracias por todo.