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"La Maldición del Nou Mestalla"

Un grupo de tres estudiantes universitarios belgas visitaron la ciudad de Valencia hace un mes para realizar un reportaje sobre la situación del Nuevo Mestalla; elValencianista.com te trae el resultado. ¿Qué te parece el reportaje realizado por nuestros lectores Tim, Pieter y Bram?

Tim Desmet, Pieter De Braekeleer y Bram Elewaut son tres estudiantes de periodismo en la Escuela Superior de Artevelde (Gante) que visitaron nuestra ciudad con la intención de realizar un reportaje sobre el Nuevo Mestalla, su inicio y posterior paralización de las obras, y todos los factores que rodean al futuro de uno de los proyectos arquitectónicos más ambiciosos de Europa. elValencianista.com colaboró en la elaboración de este reportaje, cuya traducción al español os ofrecemos a continuación. Una lectura extensa pero muy recomendable para saber la visión que, desde otro país europeo, se tiene de la complicada situación financiera del conjunto che.

 

LA MALDICIÓN DEL NUEVO MESTALLA

Por Tim Desmet, Pieter De Braekeleer y Bram Elewaut

El Valencia Club de Fútbol es el orgullo de la provincia española con la que comparte nombre. En la temporada 2009-2010, los che finalizaron en la tercera posición en Primera División. Con trece victorias como local en el antiguo estadio de Mestalla, el equipo dirigido por Unai Emery fue casi imbatible. La entidad esperaba jugar sus partidos como local en un nuevo estadio la temporada que viene, pero los graves problemas económicos y algunos focos de oposición al proyecto terminaron con las obras paralizadas.

Corría el año 2006 cuando Juan Bautista Soler, presidente del Valencia CF por aquel entonces, presentó al mundo su proyecto, pese a que la deuda en ese momento rondaba los 102 millones de euros. Con 75.000 localidades, 65 palcos, 2 restaurantes y un museo del club, el Nuevo Mestalla se postulaba como uno de los mejores y más grandes estadios de Europa. A ello se le sumó el galardón, concedido por los lectores de la revista "Actualidad Económica", como "Mejor Proyecto Urbanístico del Año".

El coste del Nuevo Mestalla se estima en torno a los 300 millones de euros, cuya financiación se decidió provendría íntegramente del club. El Valencia, uno de los equipos punteros de la Liga Española, esperaba poder disputar el primer partido de la temporada 2010-2011 en su nuevo templo futbolístico.

Cuatro años después, todo eso pasó a la historia. Debido a errores en la gestión del club, cambios internos y constantes problemas económicos, el Valencia trata de recuperarse de una etapa desastrosa.

El año 2008 fue especialmente duro para los blanquinegros. La entidad no escapó a la crisis financiera mundial, y el la deuda se disparó hasta alcanzar los 550 millones de euros, obligando incluso a los jugadores a esperar varios meses hasta poder cobrar sus sueldos. Se dejó marchar a jugadores reconocidos a nivel mundial como Raul Albiol (Real Madrid) o Fernando Morientes (Olympique de Marsella) para que las arcas del club tomasen aire. En este periodo de convulsión podemos encontrar la causa de los problemas que ahogan a la entidad a día de hoy.

El punto de inflexión

"El mayor problema, la causa de todas estas apreturas es que los rectores del club decidieron comenzar a construir un nuevo estadio sin haber vendido antes los terrenos del antiguo", indica Paco García Polit, webmaster de elValencianista.com, una de las mayores páginas web sobre el Valencia CF. Gracias a su labor y a la de la prensa valenciana, los aficionados pueden conocer la realidad de unos números que desde la entidad prefieren no airear. Él sabe exactamente cúal es el pensamiento de la mayoría de aficionados blanquinegros sobre el nuevo coliseo.

"En el año 2006 el Valencia ya arrastraba una deuda importante. Soler quiso financiar la construcción del nuevo estadio a base de préstamos de algunas entidades, como Bancaja, e incluso de su propio bolsillo. A ello hay que sumar que lo que se pedía por las parcelas del viejo Mestalla era una cantidad exagerada... y que, al llegar al año 2008, era imposible de obtener. Al final, el dinero se acabó, las obras del nuevo estadio se paralizaron y la deuda a largo plazo sigue creciendo mientras no se reanuden. Ahora, el club tiene dos estadios: el antiguo Mestalla y un monstruo de hormigón a medio terminar".

Soler dejó la presidencia a principios de 2008 alegando problemas de salud. Su lugar lo ocupó de forma provisional Agustín Morera, hasta el convulso mes de julio. En apenas un mes, Vicente Soriano pasó de ser un enemigo irreconciliable de Soler a convertirse en nuevo presidente de la entidad, tras el fugaz paso del empresario Juan Villalonga. Un año después, Soriano se marchó sin haber cumplido con su promesa de vender las parcelas. Manuel Llorente llegó a la presidencia auspiciado por el máximo acreedor, la entidad bancaria Bancaja, y muchos consideran su aterrizaje un punto de inflexión en la historia del club.

"Llorente es mucho más conservador y práctico que Soler. Más modesto en su gestión. Donde Soler aspiraba a materiales caros, mármoles exclusivos y maderas de alta calidad en el Nuevo Mestalla, Llorente prefiere reducir costes y optar por materiales normales y corrientes. Una política que, esperemos, repercuta para bien tanto en el club como en el futuro del estadio", indica García Polit.

El Nuevo Mestalla se encuentra en la Avenida de las Cortes Valencianas, en la zona norte de la ciudad. Cuando se hizo pública la ubicación del coliseo, los vecinos de la zona se pusieron en marcha. El grupo de protesta "Mestalla Aquí No" comenzó a reivindicar su situación, cortando el tráfico en algunas manifestaciones y pintando su lema en paredes, suelos, escaleras e incluso el propio suelo donde se iba a edificar.

En los alrededores de la zona, la sensación generalizada es unánime: la situación es insostenible. Miguel es el dueño del Bar Próxima, a apenas unos metros del nuevo estadio. Como seguidor acérrimo del Valencia CF, le duele la situación del club: "Todos pensamos que es una lástima, es muy duro ver al club de tu vida pasarlo tan mal. A nivel personal, que se parasen las obras ha sido desastroso en lo económico. No quieras saber cuanto dinero he perdido ya por culpa del maldito estadio. Nos prometieron que el Nuevo Mestalla sería un campo con muchísimas posibilidades y oportunidades de negocio, con centros comerciales y demás. Pero cada mañana nos levantamos y vemos un edificio a medio acabar y que es completamente inútil".

El futuro

Según Miguel, las noticias que llegan desde el club están lejos de ser positivas: "No hay dinero, eso es lo que nos dicen. No sabemos cúando se reanudarán las obras, el estado de las negociaciones, nada. Lo único positivo es que tenemos un nuevo presidente, de veras espero que se hayan acabado ya aquellos años de derrochar la pasta y gestionar fatal el club".

Un poco más abajo en la misma calle, Paqui está sentada en la terraza de su local, el Bar Xicotet. En el año 2008 lo adquirió con la intención de sacar tajada de los miles de aficionados valencianistas que acudirían en los días de partido. Dos años después, sigue mirando incrédula al gigante inacabado de hierro y hormigón situado frente a su negocio.

"Es un desastre", dice Paqui. "La mayoría de hosteleros de la zona confían en el nuevo estadio para lograr beneficios, pero nadie sabe cúando será finalizado". Al igual que Miguel, a Paqui no le queda más remedio que informarse en los medios de comunicación locales. "Es cierto que el club no dispone de liquidez, pero tendrían que pensar en la cantidad de gente que ya ha perdido mucho dinero con este retraso. Si no terminan el campo en los próximos dos años, será muy difícil subsistir".

Nadie puede precisar a ciencia cierta la fecha de finalización del estadio. El futuro de la entidad sigue siendo incierto. "Es una obviedad que tener al fín el nuevo estadio acabado será bueno para el club y la ciudad. Quizá si una gran multinacional estuviese dispuesta a dar su nombre al estadio, como ocurre en Munich con el Allianz Arena... Eso sería como ganar la lotería, un empujón vital para el club", argumenta García Polit.

Hasta el momento, la dura situación económica de la entidad no ha tenido apenas consecuencias sobre la parcela deportiva. Pero, ¿cúanto durará esto? El Valencia ya ha vendido a su jugador más mediático, David Villa, al Fútbol Club Barcelona. Y sus compañeros internacionales, como David Silva (¿Manchester City?) o Juan Mata (¿Arsenal?) podrían seguir el mismo camino.

Miguel lo tiene claro. "No creo que vender a las estrellas sea necesariamente negativo. Venderlo todo, estadio, jugadores, preparadores... puede ser también bueno. ¡Adiós, Villa! ¡Adiós, Silva! ¡Adiós a todos! Entonces quizá pudiesemos empezar de cero, aunque sea en Segunda B, reconstruir el club como Dios manda. Lo más importante es que el Valencia sobreviva".