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Trazas de identidad

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Desde hace semanas, el principal problema del Valencia no son los arbitrajes, ni su entrenador, ni el rendimiento individiual de los futbolistas, sino la búsqueda de una identidad que lleva dos meses en paradero desconocido. Opina sobre esta crónica.

En los primeros partidos de esta temporada, el Valencia ponía argumentos sobre el tapete. Líneas juntas, presión de la salida de balón contraria, aprovechamiento de las jugadas por los flancos, jugadas de estrategia. El estilo Emery, o más bien el estilo que a Emery le gustaría imponer (y que funcionase) en su equipo. Luego, llegó el traspiés ante el Barça tras una buena primera mitad... y el carácter de este equipo salt´lo por los aires. Llegaron las urgencias. Los malos resultados. Las prisas. La ansiedad.

Eso condujo a que, paulatinamente, el juego del Valencia haya empeoado ostensiblemente en los últimos dos meses. A un partido decente le siguen un par de choques rematadamente malos, con nervios, imprecisiones, descoordinación sobre el césped y errores de bulto. Una moneda al aire, que en los últimos cuatro partidos ha terminado cayendo del lado valencianista. Ante la Real se ganó en el último suspiro gracias a un "regalo" de su portero. La épica, con fuera de juego incluído, regresó de la mano de Mata al medirse al Espanyol. El árbitro volvió a echar una mano ante el Levante. Y ayer, dos jugadas clave propiciaron la victoria en uno de los "días buenos" del equipo.

No fue, ni mucho menos, un partido para guardar en las videotecas de los más exquisitos desgustadores de fútbol de alta escuela. El Valencia estuvo aseado, correcto, hizo lo justo y necesario para ganar ante un Deportivo que sacó la barraca habitual en Mestalla y que, aún así, tuvo la ocasión de ganar el partido. De hecho, de no ser por Guaita, el 0-1 habría sido un resultado más que plausible. Para el de Torrent, cada mano salvadora de este calibre le acerca más al status de "San César" y, de paso, a ganarse el favor de una afición que no entiende por qué diantres se busca un guardameta de nivel fuera (Diego Alves) cuando se tiene al futuro de la portería en casa. Vivir para ver.

Guardo el último párrafo para la gran noticia del partido. No, no hablo de los tres puntos que permiten seguir en la carrera por la Champions. Ni de la resurrección de Mathieu, "empanado" en los últimos dos meses. Ni siquiera de la irrupción de Tino Costa, el único jugador de esta plantilla (junto con Soldadoo y Aduriz) que puede presumir de carácter ganador en cada carrera que se pega.

No... Hablaremos de Vicente.

Poco hay que añadir a lo comentado en los últimos años. Vicente Rodríguez termina contrato el 30 de junio de 2011, y desde el club dan señales de que la renovación es practicamente una quimera. Ojo, y nadie les quita la razón. Desde 2004, la relación precio-rendimiento del de Benicalap es ruinosa. Dicho esto, ayer se marcó un partidazo "marca de la casa" que todavía encabronará más a sus detractores y excitará a sus defensores. Así es "el Puñal", controvertido hasta cuando juega bien. Por eso, por dejar una buena imagen, por enjuagar cinco años de decepciones seguidas... Por eso debe repetir actuaciones como la de ayer a menudo, hasta que acabe la temporada. Y luego, marcharse en busca de nuevos retos para demostrar que, como muchos piensan, no es un jugador acabado.