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"¡La Falta!": Euros, mentiras y David Villa

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Ya lo dice el televisivo Greg House como lema vital: "Todo el mundo miente". Y si aplicamos esta filosofía al ámbito futbolístico, más aún. Pero lo que ha sucedido en los últimos días en todo lo referente a David Villa… Qué queréis que os diga, esto supera cualquier argumento enrevesado de Christopher Nolan. “Memento”, qué gran película. Le vendría bien a alguno de nuestros protagonistas tatuarse en el cuerpo alguna de las “perlas” que nos han dejado en las últimas horas. Quizá de esta forma no se les ocurriría meterse en semejantes líos nunca, nunca más.

Desde que el mundo es mundo, o más bien, desde que fichara por el Valencia allá por el verano de 2005, se ha especulado con la posibilidad de que algún día el asturiano acabe recalando en el Real Madrid. Es ley de vida: siempre se ha dicho que a cualquier jugador le gustaría jugar en el Madrid o en el FC Barcelona, pese a que en las últimas temporadas hayamos asistido al crecimiento de clubes como Sevilla, Villarreal, Atlético de Madrid o el propio Valencia como potencias futbolísticas a nivel europeo. Muchos aficionados madridistas ven con buenos ojos a Villa, un jugador que siente los colores de la Selección Española, de indudable calidad y de contrastado rendimiento. No obstante, la forma de proceder de Ramón Calderón no ha sido la correcta… y lo ha acabado pagando. De hecho, muchos pensamos que de haber hecho las cosas con calma, ahora el “Guaje” vestiría la camiseta madridista. Aunque nunca, jamás, lo reconocerá públicamente, a Villa le atrae la posibilidad de entrar a formar parte de la disciplina madridista. Nunca lo dirá, porque su carácter humilde hace que se sienta en deuda permanente con una afición, la valencianista, que siempre le ha apoyado. En las duras (cuando se lesionó el año pasado) y en las maduras (cuando a punto estuvo de ser Pichichi en la temporada 2005-2006). Este verano, el obcecamiento madridista con Cristiano Ronaldo tuvo dos consecuencias: la primera, la más importante, que el portugués acabó dándole con la puerta en las narices a Ramón Calderón. La segunda es consecuencia de la anterior: a pocos días de que se cerrara el plazo de fichajes, el Real Madrid se dio cuenta de que apenas había reforzado su plantilla. Sediento de savia nueva, y con un porrón de millones en el bolsillo, Calderón se lanzó a por Villa como un poseso. Pero no contaba con la negativa de Vicente Soriano a vender al jugador, ni tan siquiera a negociar por él. Y es en este punto en el que las versiones empiezan a contradecirse. Sólo hay una cosa que sea verdad, verdad de la buena: en ningún momento ha existido una oferta del Real Madrid por el “Guaje”. Nunca. Ni un solo papel, ningún fax con el sello merengue ha llegado a la sede del Valencia sita en Pintor Monleón. Palabras en el aire, muchísimas. Supuesto interés, a patadas. Conversaciones informales, por supuesto. Pero ningún argumento sólido. No nos engañemos: Vicente Soriano y Fernando no han negociado por el “Guaje” porque en ningún instante Calderón ha ido, como quien dice, “a por todas”. Un día se pensaba que el Madrid iba a ofrecer 50 millones de euros, y al siguiente un emisario merengue llamaba a Fernando ofreciendo 35 “kilos” y la venta de Saviola. Lógicamente, el Valencia se lo tomó a coña. El presidente Soriano, tras esperar a la supuesta oferta madridista, se hartó. Y renovó a Villa. Y le amplió el contrato. Y le subió la ficha. Y mientras, Calderón primero decía una cosa, luego hacía otra y después, vuelta a empezar. En estas últimas semanas, Ramón Calderón ha mentido tantas veces que uno ya no sabe por dónde empezar. Primero dijo que Amedeo Carboni, en representación del Valencia, le había ofrecido durante el GP de Europa celebrado en Valencia la posibilidad de fichar a Villa por 80 millones de euros. Un Carboni que ahora mismo no pinta nada en la entidad che. Luego se contradijo, y afirmó haber presentado una oferta por 60 “kilos”, extremo que desmintió Soriano. Pocos días después, afirmó que era el Madrid el que había rechazado el fichaje de Villa. Y ayer, en el súmmum del paroxismo, afirmó que el representante del asturiano le había llamado para ofrecerle a su jugador pocas horas antes del cierre del mercado de fichajes. Pocos minutos después, Jose Luis Tamargo agarraba el móvil y entraba en directo al programa radiofónico en el que Ramón Calderón seguía hablando, para desmentir tajantemente al presidente del Madrid. “El Madrid ha intentado fichar a Villa cincuenta veces, y no ha querido o no ha podido cerrar la operación”, dijo Tamargo, mientras a Calderón le entraban los sudores fríos. A renglón seguido el presidente merengue se desdijo, rectificó, trató de arreglar el entuerto… Demasiado tarde. Fue, como se suele decir, una “pillada” descomunal. ¿El resultado? Un cúmulo de mentiras, medias verdades y falsas promesas que han llevado al valencianismo, a Tamargo, a Vicente Soriano, a Fernando y al propio Villa de cabeza a lo largo de los últimos días. Por suerte para la parroquia levantina, el Guaje se queda. Contento de seguir en una ciudad en la que vive de maravilla, con un sueldo más que decente y con la promesa de crear a su alrededor un equipo campeón. Mientras, en Madrid, al tiempo que Raúl suspira de alivio al saber que no tendrá competencia “de verdad” al menos una temporada más, Calderón seguirá rascándose la testa y preguntándose qué ha podido salir mal… ¿Y sabéis qué es lo mejor de todo? Que el verano que viene, vuelta a empezar. Y si no, al tiempo.